Empleo para los jóvenes
19/03/2019
El paro juvenil en España es un problema social enquistado al que
no se ha prestado la atención debida durante el periodo de recesión económica,
quizá porque los Gobiernos de Rajoy se enfrascaron en aplicar políticas de ajuste
a ultranza y olvidaron poner en marcha estrategias específicas de creación de
empleo, incluso después de superada la fase recesiva. En la actualidad, la tasa
de paro de los jóvenes en España triplica la media de la Unión Europea.
La incapacidad de la economía española para procurar un empleo a
las franjas de población entre 24 y 32 años tiene consecuencias sociales muy
graves que amenazan con convertirse en endémicas. Impide que los jóvenes se
independicen, frustra sus expectativas profesionales, los condena al subempleo
y corta de raíz el propósito de que los frutos de una buena formación
beneficien al país. En resumen, es un pesado lastre para el crecimiento
económico en cuanto que cercena las aportaciones de un segmento profesional
bien preparado, mejor incluso que las generaciones de edad más avanzada.
Además, bloquea la mejora del valor añadido de la economía y cierra el paso a
los avances tecnológicos necesarios para pasar a un modelo de crecimiento menos
dependiente del turismo y la construcción. Es un drama que, por añadidura,
produce un profundo desánimo entre las generaciones recién incorporadas al
mercado de trabajo.
El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó un plan de choque para elevar
el empleo juvenil en diciembre del año pasado. Los propósitos del mismo eran
coherentes. Pretendía financiar, con una asignación de 2.000 millones para el
periodo 2019-2011, la contratación de 3.000 técnicos de inserción laboral y
modificar el estatuto de prácticas.
El plan de choque, sin embargo, tiene varios problemas, el
principal es la escasa dotación financiera. Además, actúa sobre aspectos muy
parciales que influyen sobre el empleo juvenil. Es necesario ampliarlo y
mejorarlo. Aunque el mercado de trabajo necesita en primera instancia una
rectificación razonable de la reforma laboral, habría que complementar los
cambios normativos con un funcionamiento más activo de los instrumentos de
colocación del Estado.
El Gobierno —este y el que salga de las urnas— tendrá que activar
sobre todo las oficinas de empleo para que operen como lo que tendrían que ser,
es decir, oficinas de colocación real (…). Si la sociedad española tiene un
grave problema de desempleo, es un despropósito que las oficinas se limiten en
la práctica a tomar la filiación de los parados. En la actualidad, apenas el 2%
de los contratos se hace a través de las oficinas públicas; y apenas el 3,5% de
los contratos se firma a través de las empresas de trabajo temporal. Si se
quiere reducir el desempleo, hay que cambiar las normas sobre contratación, y,
además, utilizar la información de los servicios de empleo para casar las
ofertas de trabajo con las demandas de los parados. Que es lo que debe hacer
una oficina de empleo o agencia de colocación.
1.-
Relee, comprende, resume en una línea cada párrafo.
2.-
Preguntas de comprensión.
a) Se nombra a dos presidentes del
gobierno, ¿cuáles? ¿Qué datos se recogen sobre ellos relativos al empleo?
b)
¿Qué datos objetivos se aportan?
c) ¿Qué problemas parece tener el
plan de Pedro Sánchez de bajar el empleo juvenil?
d) ¿Qué le piden al nuevo
gobierno?
3.- Esquematiza.
- Tema:
- Tesis:
- Argumentos a favor de la tesis:
4.-
Opinión personal razonada.
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